viernes, 15 de enero de 2010

PRÓLOGO DEL LIBRO "ESPÍRITU ETERNO"


La novela escrita por Elena Jiménez Pérez es una historia que atrapa al lector desde su primera línea “Sabe a sangre”, pues qué persona tras leer tal frase no se siente atraído por saber a qué se refiere. Es tan atractivo que hasta la persona menos morbosa sentiría curiosidad y continuaría leyendo hasta descubrir que se trata de la muerte, esa que a todos nos llegará en algún momento de nuestras vidas, esa que si en algún momento la rozas te hace replantearte la vida.
“El espíritu eterno” roza todo aquello que nos une a la vida, la familia, la amistad, el amor, la libertad, la pasión, todo lo que nos hace sentir que estamos vivos, y a su vez se puede palpar lo que nos provoca la muerte, pérdida, dolor, angustia, miedo. Todo esto unido a las pinceladas de surrealismo y veracidad que se reflejan en la historia son un coctel que al mezclarlo resulta ser sabroso para su lectura. La imaginación vuela y los sentimientos afloran cuando los personajes van mostrándote el camino hacia lo que ellos han vivido y al final te sorprenden con acciones o significados que no esperabas.
Quizás no sea más que una novela pero que provechoso puede resultar ponerte en la piel de otra persona y comprenderla, aunque sólo sea un personaje de un libro. Gracias a esta capacidad de empatía podemos comprender las duras penas de las personas que sufrieron la guerra y sin ser menos las que sobrevivieron a la posguerra.
Es curioso como lo que nos cuentan como fielmente verdadero resulta ser una encrucijada para que pensemos y creamos lo que quieren, haciéndonos llegar a la conclusión de una sola alternativa. Si no me equivoco, una de las pretensiones de la autora es que nos replanteemos ciertas cuestiones básicas de nuestra vida, nuestro ser y nuestro modo de ver.
Os animo a dejaros llevar por la vida de una señorita llamada Marina, os animo a que después de hacerlo penséis si preferís crear o destruir, amar u odiar, así mismo, descubriréis si deseáis andar por la vida con el espíritu muerto o moriréis con el espíritu eterno.
Gracias Elena.

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