Marina es una mujer marcada por una infancia llena de los estruendosos ruidos que producen las bombas al caer, los llantos de las personas que sufren al perder a sus seres queridos y las huídas hacia otros lugares menos sacudidos por la guerra.
Durante la posguerra, exilia a París con la intención de sobrevivir y continuar su tormentosa existencia en el mundo que le ha tocado ser tal y como es ella, incombustible, radiante, auténtica, aunque sobretodo atormentada en su interior. Su alma aprendió a sobrellevar en silencio el vacío provocado por la ausencia de quienes más la querían, los arrancaron de su vera de forma cruel como si de malas hierbas se tratara. Pero se negaba a olvidarlos, reforzando en su corazón y su mente recuerdos tan reales que a veces parecía que aún estaban allí presentes, junto a ella, hablándole, sintiéndola.
Su virtuosa habilidad con el piano la congregaba en un teatro colmado de gente esperando oír sus melodías que embaucaban al público, al igual que el flautista de Merlín hacía con los ratoncitos del reino. Asistían a sus conciertos altos cargos, genialidades, artistas, famoseo, amistades y alemanes. Éstos últimos se apoderaron de la ciudad del Art Déco, haciendo de la ciudad un infierno fiel a la política fascista resultado de la II Guerra Mundial.
Deray, la íntima amiga de Marina, organizaba fiestas tras los conciertos cuya oculta intención era tener contentos a los alemanes que acudían a los eventos y crear un ambiente más distendido en la ciudad, aunque la situación social era tensa e imposible de obviar. Herr Kennen era uno de ellos, aunque la simpatía mostrada por Marina lo hacía un tanto diferente a sus camaradas, además se traía un asunto entre manos que tan sólo un ayudante y sus trabajadores conocían. Ciertos documentos requerían de su atención como si de un hijo enfermo se tratase, un misterio por resolver en el que Marina se inmiscuye sin quererlo.
La pianista intentaba no hablar en presencia de cualquier alemán, pues sus ideales no se encontraban al mismo nivel que su diplomacia, y cuando decía algo en seguida obtendría una respuesta desagradable por parte de los diplomados en nacionalismo. Fueron varias las ocasiones en las que Herr Kennen hizo uso de su alto mando para alejarla de situaciones violentas, su curiosidad por la mujer iba lo convirtieron en su protector, sin que ella se percatara.
Un día la secuestraron para llevar la a casa del general alemán, estaba obsesionado con ella y de algún modo debía tenerla muy cerca, aunque no fuera comprensible los documentos que estaban traduciendo para él eran la clave de todo. Esos manuscritos antiguos desvelarían el porqué de tanta desgracia ocurrida a las personas durante la existencia de Marina.
Todo parecía más sosegado y Marina visitó a su amigo Pablo Picasso, dejando a su perro Pancho que siempre la acompañaba, en casa de la vecina. Confesó tener pensamientos de regresar a su tierra malagueña para visitar su casa natal y una vez allí, comenzar a estructurar su vida. Pero sólo quedó en palabras porque las desgracias se apoderaron otra vez de las vidas que rodeaban a la pelirroja de ondulados rizos. La muerte del hijo de Deray desató la tristeza en las vidas de los que le importaban y en su honor decidió hacer un concierto íntimo, únicamente para los más cercanos.
La noche del concierto fúnebre los alemanes arrasaron con el lugar mientras Marina tocaba su piano, no quedó nadie vivo, ella logró escapar gracias a Coco Channel, en una muestra de amistad la empujó a la calle mientras todos los presentes quedaban sin respiración en las butacas. Como siempre, Herr Kennen al rescate, entonces fue cuando explicó a la pianista sus sospechas, su dedicación a las traducciones de los manuscritos y a su obcecación por ella. Marina no se lo quería creer, daba respuestas negativas o ni siquiera hacía caso, pero lo cierto es innegable, y la realidad según cuentan es que esa mujer de pelo rojizo es el Espíritu Eterno que vaga por todos los mundos y por todas las eras encarnando a la mismísima Lilith, mujer de Adán, expulsada del paraíso por desobedecer al mismísimo Dios, el ángel caído, el diablo, Lucifer, por esta razón vas generando muerte en tus pasos. Actualmente lo desconocemos, debido al gran empeño de las personas que pertenecen a la iglesia de contarnos su versión sobre comienzos del mundo y de la vida. Durante siglos nos han manipulados y nos han sido ocultados documentos escritos por Leonardo Da Vinci, María Magdalena y otros, que relataban la versión original de nuestros comienzos y de nuestro final.
